Sobre mí

Maddi preparando tarta chocolateNo recuerdo cuándo me puse un delantal por primera vez, pero sí tengo el recuerdo de estar subida en la banqueta de la cocina ayudando a mi madre a a hacer rosquillas de anís o preparando con la tia Julita los mantecados de Bañares. Me gastaba la paga en revistas de cocina. Y en mi cumpleaños era feliz si me regalaban un libro de cocina.

Mi madre fue mi primera maestra. Era una gran cocinera. Todavía hoy sigo haciendo muchas de sus recetas como el pollejo (bautizado así por mi hijo Lander, porque mezclaba pollo y conejo para darnos gusto a todos) en salsa de almendras.

Maddi comiendo percebesY qué decir de mi familia política... es imposible hablar de ellos sin relacionarlos con la cocina. Mi suegro fue uno de los fundadores de la Cofradía Vasca de Gastronomía y mi suegra Carmen, devota de la cocina francesa, tenía un cuaderno con las recetas que recopilaba aquí y allá, y que yo copié enterito, además de añadir muchas más: de revistas, de libros, de la tele y finalmente de Internet, que me tiene tan enviciada. Es por eso que, según mi hija Olatz, la tablet se ha convertido en la prolongación de mi mano.

Este sitio es, pues, el punto de encuentro de todas esas recetas con más o menos historia que he ido elaborando a lo largo de todos estos años. Unas mías, otras adaptadas y otras que he recogido tal cual, para que mis hijos y nietas no tengan que copiarlas de mis cuadernos. Pero, honestamente, uno de los grandes culpables de este proyecto es mi marido, Iñaki; informático de profesión, y fotógrafo de vocación, además de diseñador de esta Web, que se encarga de realizar las fotografías con infinita paciencia. El atrezzo corre a mi cuenta, y debo confesar que soy muy pelma, y rara vez me conformo con la primera toma, hecho que provoca más de un bufido.

Mis hijos y mi nuera Oihana, por su parte, participan como auditores de calidad, o sea, básicamente se encargan de probar los platos, hacer sus apuntes correspondientes y finalmente, suelen acabar pegándose por quién de ellos se llevará el tupper a casa. Pero mi gran debilidad es mi nieta Maddi que con tan solo 4 años es toda una gourmet.Garazi tomando el puréDisfruta mucho ayudándome en la cocina, pero también le encanta comer; con menos de un año se volvía loca por los percebes. El pìntxo de pimiento de la Espiga y la croqueta de tres quesos del Kiki son otras de sus debilidades. Garazi, mi segunda nieta, también apunta maneras porque, ahora que se está despegando del pecho de su madre, no hace ningún asco a todas las novedades relativas a la alimentación. Estoy segura de que con ellas la saga continuará.

 

                                                                                                                                  Yolanda