Ingredientes
250 g de azúcar.
450 g de nueces sin cáscara y partidas por la mitad.
Aceite de girasol para freír.
Preparación
Disolver el azúcar en 100 ml de agua y, a continuación, llevar a ebullición y cocer durante 2 minutos.
Escaldar unos instantes las nueces en una olla con agua hirviendo y luego escurrirlas. Verterlas inmediatamente en el jarabe y remover para que queden bien cubiertas. Dejar enfriar 5 minutos y escurrir.
Llenar una cuarta parte de una olla con aceite y calentarlo a 180ºC. Añadir las nueces por tandas, removiendo para que se doren uniformemente. En cuanto estén doradas, retirarlas con una espumadera y colocarlas sobre papel de aluminio o de horno o sobre un silpat, nunca sobre servilletas de papel porque se pegarán. Procurar que estén bien separadas, pero no tocarlas con las manos, pues queman mucho. No dejar de vigilar mientras se fríen; se queman con mucha facilidad.
Se puede realizar la misma operación con rodajas de manzana previamente deshidratadas. Para ello, tras cortarlas en rodajas finas con la ayuda de una mandolina, secarlas en una deshidratadora a 70º durante 3 horas o tres horas y media.
A continuación, pasarlas por el jarabe, escurrirlas y después freírlas igual que se ha hecho con las nueces.