Ingredientes
500 g de harina de repostería.
120 g de almendra picada.
150 g de azúcar glas.
250 g de manteca de cerdo.
Una pizca de sal.
¼ cucharada de canela molida.
Preparación
Preparación previa
Poner el día anterior a tostar la harina en el horno para que coja un poco de color. Para ello, tras tamizarla, la colocamos bien estirada en una bandeja y la metemos al horno precalentado a 180º C durante unos 15-20 minutos.
Comprobamos que ha cogido un poco de color y, si no es así, la removemos ligeramente y la volvemos a meter al horno unos minutos más. No debe tostarse mucho, solo coger un poco de color.
Con la almendra picada hacer lo mismo, es decir, tostarla ligeramente en el horno o en una sartén a fuego suave removiendo constantemente.
Al día siguiente...
Poner en un bol todos los ingredientes y mezclarlos.
Amasar con la palma de la mano hasta que estén todos los ingredientes unidos y la masa sea suave.
Quedará algo suelta y terrosa, pero después del reposo se podrán formar los polvorones.
Hacer una bola y meterla a la nevera envuelta en film entre 30 minutos y 1 hora.
Sacamos la masa del frío, le quitamos el film, hacemos un cilindro de unos 4-5 cm de diámetro y vamos cortando piezas de 20 ó 25 g.
Arreglamos la forma con los dedos y vamos colocando los polvorones encima de una placa de horno con papel sulfurizado.
También se pueden estirar con un rodillo, entre dos papeles sulfurizados, hasta que quede un grosor de 1-1,5 cm.
Dejar reposar de nuevo durante una hora por lo menos.
Los cocemos durante unos 15 minutos en el horno precalentado a 200º C, a una altura media-alta. Comprobar a los 10 minutos porque se queman muy fácilmente. Dejar enfriar por completo y, una vez fríos, envolverlos en papel de seda.
ALGUNOS CONSEJOS:
Todas las harinas no son iguales, yo uso las de Elorri.
Si al darles forma se agrietan demasiado, derretid un poco de manteca y añadirla poco a poco.
Si al comerlos se pegan mucho a la lengua, es que tienen demasiada manteca.